Para tener un buen día, lo mejor es un buen comienzo
La forma con la que iniciamos nuestro día tiene un efecto determinate en el resto de las horas que se suceden.
Un buen comienzo nos pone de buen humor y es de gran ayuda para afrontar las dificultades y desafíos que se nos presentan por delante.
Del mismo modo que un buen desayuno nos provee de energía física y mental para afrontar un nuevo día, el alimento espiritual es sumamente importante.
Desayunar con los titulares de los diarios o despertar con las noticias en la radio no es la mejor elección que podemos hacer. En lugar de eso, tomarse unos momentos para meditar, leer un texto que ponga nuestra mente en buena sintonía y dialogar con Dios a través de una plegaria son los mejores “nutrientes” para nuestro espíritu.
¿Que tal si cuiadamos más de cerca nuestro “alimento espiritual? Los resultados serán asombrosamente positivos.
Sugerencias para un buen desayuno espiritual:
- Leer una porción de la Biblia (Entrada sobre el Año Bíblico)
- Leer el texto correspondiente al devocional matinal (Sección Un buen comienzo)
- Elevar una plegaria y meditar unos momentos.
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