Hierro: una espada de dos filos
El cuerpo necesita cierta cantidad de hierro para tener glóbulos rojos saludables. Pero más allá de esa pequeña cantidad requerida, el hierro se transforma en una sustancia peligrosa, actuando como catalizador de la formación de radicales libres (potentes agentes cancerígenos).
Las investigaciones muestran que, una alta ingesta de hierro en la dieta implica un alto riesgo de contraer cáncer (Ref. 23)
Una vez que el hierro se absorbe en el tubo digestivo, se almacena. La mayoría de nosotros acumula más hierro del que necesitamos. A pesar de la publicidad a favor de los alimentos enriquecidos en hierro, la sobrecarga de hierro es mucho más común que su deficiencia en la dieta tradicional de nuestro país. El motivo es el alto consumo de carnes rojas, las que contribuyen a una ingesta muy elevada de hierro, más de lo que una persona puede manejar para mantenerse saludable a largo plazo. Una dieta que consista mayormente en granos, vegetales, frutas y legumbres provee cantidades adecuadas de hierro, sin el riesgo de una sobrecarga de este elemento y sin peligro de consumir menos de lo necesario.
Es fácil comprobar si el cuerpo ha acumulado demasiado hierro. Los siguientes análisis pondrán en evidencia tanto una deficiencia como una sobrecarga de hierro. Las pruebas de rutina como el dosaje de hemoglobina y la prueba de hematocrito no son suficientes. Los valores que se indican son una guía general y recomendamos que siempre los resultados de laboratorio sean verificados por su médico.
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Ferritina sérica (valores normales 12-200 mcg/l de suero)
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Hierro sérico
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Capacidad total de fijación del hierro (Total iron binding capacity:TIBC)
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